¿Cómo tratar a los empleados difíciles?
Empleado difícil. Todos los directivos han tenido al menos uno. Todas las organizaciones han tenido su propia cuota de participantes frustrantes en su plantilla. Hemos llegado a creer que es una parte inevitable de la gestión de una empresa, independientemente de la escala y la industria.
Por desgracia, muchos empresarios y directivos no son conscientes de los efectos dominó a corto y largo plazo que puede causar un solo empleado difícil. Como mínimo, basta una sola persona para desbaratar la perfecta dinámica de un equipo eficiente y hacer retroceder la productividad durante un mes.
Es especialmente difícil en el caso de personas que acaban de recuperarse de una adicción. Todos estamos a favor de dar segundas oportunidades a las personas que las merecen y comprendemos lo difícil que es para estas personas encontrar un empleo.
Sin embargo, también hay que tener en cuenta los retos a los que puede enfrentarse. Por ejemplo, puede ser difícil para alguien que se ha enfrentado a prejuicios constantes sentirse constantemente a la defensiva y mantener una buena comunicación.
Por lo tanto, en este artículo, permítanos ayudarle compartiendo una guía rápida sobre la gestión de empleados difíciles. Enumeraremos las banderas rojas que los identifican, discutiremos la importancia de aprender a tratar con empleados difíciles y comportamientos disruptivos, compartiremos los diferentes tipos de empleados difíciles junto con consejos sobre cómo tratar con ellos, y mucho más.
¿Quiénes son los empleados difíciles?
Cada directivo tiene probablemente su propia definición de lo que es un empleado difícil. Sin embargo, a efectos de este artículo, lo definiremos como un trabajador que no se comporta de manera profesional en el lugar de trabajo.
He aquí algunas de las banderas rojas que los identifican de los demás:
1. Evoca quejas
Uno de los primeros signos reveladores de un empleado difícil son las quejas que llegan, no sólo de los clientes, sino también de los compañeros de trabajo. También puedes buscar detalles indirectos, como un aumento significativo de las devoluciones de productos o un incremento de las denuncias de artículos perdidos o rotos por parte del equipo de atención al cliente.
2. Externamente muestra una actitud negativa
Los comportamientos negativos pueden expresarse de diferentes maneras, desde la falta de compromiso hasta una clara ausencia de iniciativa. También puede manifestarse como desmotivación, que suele manifestarse a través de la falta de puntualidad.
Esto debe tratarse inmediatamente para evitar que afecte a la moral de los empleados.
3. Viola las políticas de la empresa a sabiendas
Por último, esté atento a los empleados que actúan en contra de las normas de la empresa. Puede que trabajen eficazmente por su cuenta o con su equipo一incluso puede que los clientes disfruten de su compa簽穩a.
Sin embargo, esto no les da carta blanca para cometer faltas graves como amenazas de violencia, posesión de armas, acoso, etc.
Importancia de gestionar a los empleados difíciles y los comportamientos perturbadores
No gestionar los comportamientos perturbadores puede afectar gravemente a su empresa de formas de las que quizá ni siquiera se dé cuenta. Como hemos mencionado anteriormente, puede afectar a su entorno de trabajo, a la moral de los empleados y a los niveles de satisfacción laboral. Puede perder tanto buenos empleados como clientes fieles por este motivo.
Pero, lo que es más acuciante, puede arruinar la reputación de su empresa a largo plazo. No subestime el daño que puede causar la interacción con un solo empleado, sobre todo si es de forma reiterada.
Por desgracia, los malos acontecimientos son más memorables que los buenos y pueden propagarse por el boca a boca (tanto en línea como fuera de línea) como un reguero de pólvora. Esto se aplica no solo a las historias que sus clientes cuentan sobre su empresa, sino también a sus empleados.
Tipos de empleados difíciles
Hay cinco tipos principales de empleados difíciles. Éstos son:
1. El vago
Los empleados perezosos son fáciles de detectar, pero es fácil confundirlos con empleados de bajo rendimiento. Entonces, ¿cuál es la diferencia? Pues radica en la lucha. Los empleados de bajo rendimiento son trabajadores que se esfuerzan mucho pero no consiguen el resultado esperado.
Puede deberse a varias causas: problemas familiares, económicos o simplemente falta de habilidad y experiencia. Mientras tanto, los empleados perezosos no se esfuerzan en absoluto. Dependen en gran medida de los demás para hacer su trabajo.
2. Los demasiado ambiciosos
La ambición no tiene nada de malo. Puede proporcionar motivación e inspirar excelencia. Por otro lado, a nadie le gustan los fanfarrones y los que se esfuerzan por conseguir lo que se proponen, características que no definen a alguien que quiere asumir un papel de liderazgo, sino a un empleado demasiado ambicioso.
Tenga cuidado al detectarlos, ya que no querrá desanimar y desmotivar a empleados perfectamente buenos. En su lugar, busque trabajadores que se esfuercen constantemente por superar y eclipsar no solo a sus compañeros, sino también a la autoridad.
Por ejemplo, un empleado motivado se esforzará por ofrecer un gran rendimiento. Mientras tanto, un empleado demasiado ambicioso cuestionará la tarea que se le ha asignado y seguirá descaradamente su propio camino en lugar de seguir las instrucciones.
3. El dramático
Curiosamente, encontrar al empleado demasiado ambicioso podría descubrir también quién es el dramático. Al fin y al cabo, a los empleados dramáticos les encanta la intriga y la acción. Prosperan en días llenos de gritos, lágrimas y traiciones: cosas que los empleados demasiado ambiciosos a veces tienden a proporcionar.
A diferencia de los demás, el empleado dramático es más bien un personaje y puede revestirse de muchas formas. Puede ser el empleado emocional que grita con el corazón en un puño un día y hacer de simpático chismoso al siguiente. Hará cualquier cosa con tal de ser el centro de atención, hasta el punto de crear problemas si no hay un verdadero drama disponible.
4. El cómico
También hay veces en que un captador de atención puede venir en forma de cómico en lugar de dramático. Se puede decir que ocupan los polos opuestos del espectro de la atención. Uno se nutre de lágrimas, el otro de risas.
Sinceramente, querer que los demás se rían no es un mal comportamiento. Las intenciones de un cómico suelen ser buenas y pueden hacer que los días de trabajo difíciles sean más tolerables. Sin embargo, estos empleados tienden a causar interrupciones y hacer que otros empleados pierdan la concentración.
También hay que tener cuidado al tratar con ellos. Sé discreto si no quieres que te tachen de aguafiestas.
5. El cínico
Este tipo de empleado es la perdición de la existencia del cómico. Este trabajador nunca sonríe y siempre parece que lleva el peso del mundo sobre sus hombros. Además, rara vez participa en las sesiones de convivencia después del trabajo, en las comidas de equipo y en otros eventos divertidos de la empresa. Otros empleados han intentado constantemente incluirle en las cosas, pero no lo han conseguido, y ahora se han dado por vencidos.
Hace bien su trabajo, agacha la cabeza sin querer llamar la atención y respeta tu autoridad. Entonces, ¿cuál es el problema? Sencillamente, el mal humor es contagioso y puede afectar a la satisfacción laboral de los demás.
Cómo tratar a los empleados difíciles
No cabe duda de que existen otros tipos de empleados difíciles. Sería irresponsable creer que pueden agruparse claramente en sólo cinco tipos. Sin embargo, los cinco que hemos mencionado son los más comunes.
Pero lo más importante es aprender las técnicas para tratar con empleados difíciles. Aquí tienes algunas medidas que puedes tomar. Por cierto, algunos de estos consejos también están recogidos en Harvard Business Review:
1. Documentar cada incidencia
Lo primero que tienes que hacer es documentar los casos de comportamiento perturbador. Para ser justos, no olvides informar también al empleado de lo que estás haciendo.
Asegúrate de indicar las fechas, los puntos clave de su comportamiento y cualquier detalle necesario (como quiénes fueron los otros empleados implicados si los hubo).
2. Dar una respuesta clara y constructiva
No espere a que se produzcan varios casos antes de dar su opinión a los empleados problemáticos. Puede dar la impresión a todos sus empleados de que ese comportamiento es tolerable o, peor aún, aceptable. También sería mejor hablar con su empleado lo antes posible. No deje que las cosas se enfríen demasiado tiempo.
Y lo que es más importante, debe dar elementos claros y viables en los que el empleado pueda trabajar.
Un consejo profesional: elabora un plan de acción que incluya un calendario y puntos de evaluación. Haz dos copias. Fírmalo junto con tu empleado para hacerlo oficial y dale una copia como referencia. Así os resultará más fácil a los dos volver a tratar el tema en el futuro y comprobar si se ha producido alguna mejora significativa.
3. Aprender a escuchar
Tenga siempre presente que las conversaciones bidireccionales siempre funcionarán mejor que las unidireccionales. Aprenda a escuchar a sus empleados. ¿Por qué se comportan así? ¿Podéis encontrar un término medio? Trabajen juntos para resolver el problema.
4. Ser coherente e imparcial
Si un determinado comportamiento no está bien, entonces es inaceptable, independientemente de quién lo haya cometido y de cuándo se haya hecho. Permitir que sus empleados tengan ciertos privilegios "de vez en cuando" puede fomentar sus malos hábitos para el resto del equipo, socavar su autoridad y, lo que es peor, afectar a su credibilidad.
5. Establecer consecuencias razonables
Comprendemos lo difícil que es determinar las consecuencias adecuadas para determinados comportamientos. Tener en cuenta el número de incidencias y la gravedad de las faltas puede ayudar. También puedes consultar el manual del empleado para comprobar si la empresa ya ha estipulado las medidas adecuadas que deben tomarse.
6. Colaborar con la dirección
Algunos casos pueden ser demasiado complicados para que los asuma usted solo. Por ello, no dudes en consultar a tu departamento de RRHH cuando sea necesario. Al fin y al cabo, están específicamente formados para gestionar este tipo de situaciones.
7. Tener valor
Por último, tenga el valor de aplicar las consecuencias que haya establecido e incluso despedir a un empleado si es necesario. Sí, uno de los principales objetivos de este artículo es encontrar formas de perfeccionar tu estilo de gestión y mejorar el comportamiento de los empleados para crear juntos un equipo más feliz y productivo. Sin embargo, seamos realistas.
Hay veces en que eso simplemente no es posible. ¿Y quién sabe? Puede que le estés haciendo un favor a esa persona al dejarle tropezar para que aprenda una lección que le lleve por el buen camino.
Ejemplos de cómo tratar a empleados difíciles
Muchas veces, es más fácil decirlo que hacerlo. Así que permítenos compartir un par de casos sobre cómo tratamos a los empleados en el pasado. No revelaremos los nombres de las personas implicadas por motivos de privacidad.
Caso nº 1
Un día, un empleado empezó a llegar tarde. No era así antes, así que el director habló con él al cabo de una semana. También le llamó la atención por tercera vez.
Tras entrevistar al empleado, descubrimos que su retraso se debía a problemas relacionados con su vida personal. Su madre enfermó y no había nadie para cuidarla.
Tomarse temporalmente una baja laboral tampoco era una opción. En lugar de eso, la cuestión se resolvió ajustando su horario de trabajo con la condición de que nunca llegara tarde.
Caso nº 2
Una empleada se quejó de que un compañero de trabajo apagó las luces y le tocó los pechos. Tras la investigación, se descubrió que el compañero le había rozado los pechos involuntariamente al apagar las luces de la sala de conferencias después de una reunión.
La acción inicial fue una advertencia al compañero de trabajo para que tuviera más cuidado la próxima vez. El incidente quedó registrado.
Al cabo de unos meses se produjo un incidente similar con la misma empleada, sólo que esta vez con otro compañero de trabajo varón. Se hizo otra investigación. Esta vez se descubrió, gracias a las imágenes de CCTV, que la trabajadora había acorralado intencionadamente a su compañero.
Ella intentaba utilizar el asunto para amenazarle con dejar el empleo por motivos personales. El caso fue calificado de acoso y, debido a la política de tolerancia cero de la empresa, la empleada fue despedida de inmediato.
Conclusión
Tratar con distintos tipos de personas para mantener una organización en funcionamiento es tanto una ciencia como un arte. Sin embargo, el secreto está en aprender a gestionar a los empleados difíciles y asegurarse de que no perturban la cultura empresarial establecida. Esperamos que este artículo te ayude a mantener a tus empleados comprometidos y motivados. Le deseamos mucha suerte.